jueves, 18 de abril de 2013

La morada del Sapo

Cuando entramos en este lugar, que como veréis está emparentado con la medicina y la rehabilitación, ya nos avisaron que aunque no creyésemos en fenómenos extraños, no nos sorprendiésemos de vivir en primera persona algún suceso, al que no supiéramos encontrar una explicación lógica.

Pasamos seis horas, en absoluto silencio, recorriendo enormes espacios vacíos:  salones con telarañas gigantes, salas de rehabilitación, piscinas, gimnasios, consultas, pasillos y habitaciones. Resulta una experiencia un tanto inquietante. Después de los avisos, los sentidos están en alerta permanente, y cualquier ruido se magnifica.
Entro en una habitación y veo dos camas, y una mesita de noche al lado de cada una de ellas. Planto el trípode y tomo la fotografía. Salgo y me dirijo a la siguiente estancia. Al entrar, siento que hay corrientes de aire, y una puerta se cierra a mis espaldas de un golpe seco. Vuelvo sobre mis pasos, y entro de nuevo en la habitación anterior para comprobar que no he dejado nada abierto. Donde estaban las dos camas con sus respectivas mesitas, ahora, y entre ambas camas, hay una silla tirada en el suelo que antes no vi, mi cámara tampoco la captó. Estoy solo en la habitación, no hay nadie en los pasillos. Un escalofrío me recorre la espina dorsal.






























8 comentarios:

  1. ¡Qué bueno el título Paché y que risas con los sapos! Buen repor, muy completo!

    ResponderEliminar
  2. Gracias Anjana, los pobres sapos ya deben tener bigote.

    ResponderEliminar
  3. Que pasada de fotos!!!!! Es genial

    ResponderEliminar
  4. Es bueno aquello que se deja ver bien. ..y esto, sin duda, lo es!!!...Gran descubrimiento este blog!!!...Estupendo trabajo.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Muchas gracias Virginia, es tondo un honor para mi, llamar la atención de tus ojos y contarte entre los visitantes de este blog!!

      Eliminar
  5. Bon reportatge company i magnífica localització. Enhorabona.

    ResponderEliminar

Añade tu comentario