lunes, 22 de julio de 2013

Sal y vinagre

Solo encontramos los restos de la sal y el vinagre de curar sus heridas. Ni un miserable jirón de trapo sucio que nos indicara que alguien limpio su sudor y empapara en agua limpia para limpiar  la sangre ya reseca de su cuerpo zajado. Solo un puñado de sal, que quizás taponara el último tajo, el que le segó la vida.