viernes, 16 de mayo de 2014
Una de espadeo
Los gloriosos años de nuestra infancia solo fueron gloriosos en nuestra imaginación. Y para ayudarnos en nuestras fantasías infantiles teníamos nuestros cines, y las tardes de domingo, largas tardes que empezaban a las 16:00 con una sesión que prometía dos películas por el mismo precio, y que nos retenía en sus duras butacas de madera hasta la hora de cenar.
Esos cines han quedado en el mas triste de los olvidos, pocos, muy pocos, se han salvado del hambre devoradora de la construcción y de la huida hacia las grandes ciudades en busca de diversión.
Solo en algunos casos, y uno de ellos es el que nos ocupa en este reportaje, un grupo de jubilados valientes, dedican sus horas a su mantenimiento, para goce de algunos visitantes curiosos que de tarde en tarde. se dejan caer por el barrio.
Gracias a esos hombres y mujeres por su paciencia y por mostrarnos con tanto entusiasmo el cine donde vivieron algunos de los momentos mas felices que les pudo proporcionar aquella dura infancia.
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Unas fotos realmente sobresalientes, enhorabuena.
ResponderEliminarEres muy amable Jabier!!
EliminarFelicidades.......Reportaje de gama alta!!!
ResponderEliminarFelicidades.......Reportaje de gama alta!!!
ResponderEliminarGracias Jordi Vall, me alegra que te gusten!!
EliminarBrutal! :D Felicidades!
ResponderEliminarGracias amigos por comentar!!
EliminarImpresionante!! y maravilloso!!
ResponderEliminarSaludos!!
Gracias Selene, celebro que te guste.
EliminarIncreíble, estos lugares se encuentran en vías de extinción y la mayoría no tienen la suerte de estar tan bien cuidados, por no mencionar que tiene prácticamente todos los aparatos de cine de la época. Me encantan estos lugares, enhorabuena.
ResponderEliminarGracias Maquinas!! de estos cada vez quedan menos y por suerte este está cuidado, sino imposible encontrarlo en estas condiciones.
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