Sus puertas cerradas denotan todo lo contrario que una bulería, tristeza frente a la alegría, silencio frente al bullicio, oscuridad frente a la luz.
Sus rincones, sin embargo aún huelen y recuerdan la algarabía que un día cobijaron sus paredes. Vieja y denostada permanece en silencio como recordando lo que fue y ya no volverá.
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