Resulta extraño pasear por su majestuosa sala repleta de asientos. Pareciere que por siempre perduraría en el tiempo, que nunca se extinguiría su aliento, y sin embargo, ahí está, con la mortaja atada apretándole el mentón, y una moneda en cada ojo para pagar al barquero que ha de acompañarlo en su último viaje. No brillaran mas los ojos llorosos mientras miran una tierna escena en su blanca pantalla, solo un resplandor de nuestra linterna al pasar por encima de un pendiente desprendido de su oreja, y perdido bajo un polvoriento asiento de la fila de los mancos.
Muy interessante! Enhorabuena,Juanjo!
ResponderEliminarAbuelito
Gracias amigo, un abrazo desde Barcelona!!
EliminarGeniales, sin palabras!
ResponderEliminarGracias Xana, nos vemos!!
EliminarBrutal el lugar y las fotos magníficas ! Me ha encantado.
ResponderEliminarEnhorabuena :)
Buenas fotos compi, felicidades por el lugar.
ResponderEliminarNo tengo más que decir que MARAVILLOSO!!! Me encanta!!
ResponderEliminarSaludos Juan José!!