Al viejo teatro ya no asiste nadie por navidad a ver las representaciones “d’els
Pastorets”, ni los niños acuden las tarde de domingo a sus sesiones de cine
infantil, o a ver una de tiros o una de espadeo. El viejo teatro respira
lentamente, esperando la llegada de nuevas tardes de esplendor.
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domingo, 16 de diciembre de 2012
sábado, 24 de marzo de 2012
Voces atrapadas.
Atrapadas entre su muros, en sus inmensos salones, en sus largos pasillos y sus innumerables habitaciones, las voces de los niños que moraron en sus entrañas parece que aún resuenan en nuestros oídos. La soledad y el abandono ahora son sus únicos moradores, y sus visitantes: atónitos fotógrafos, ex alumnos, curiosos, chatarreros, vándalos jovenzuelos spray en mano, y algunos despistados curiosos.
Nada de lo que en sus días de esplendor fue. Solo queda entre sus paredes la vana esperanza de que alguna institución se apiade de su alma y le devuelva su aspecto saludable de antaño y los voces alegres que un día recorrieron sus rincones. Mientras tanto, hay esta, viendo como se derrumban sus paredes por la decisión todopoderosa de don dinero.